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El (buen) Rider Técnico: la jugada maestra.

“Tranquilo, aquí tenemos todo…”

Dueño de un sitio, Medellín,  circa 2024

Quien no esté familiarizado con esta peligrosa frase, probablemente no haya tocado nunca en alguno de los muchos venues locales de Medellín. De los mismos creadores de “Hagale que eso sale” nació una de esas imprecisiones que solo pueden ser explicables bajo la exageración que caracteriza la jerga paisa, y bajo esta premisa, muchos hemos pasado difíciles experiencias al toparnos con que en los sitios no siempre cuentan con aquello que necesitamos para hacer lo nuestro.

Hoy vamos a sumergirnos en el mundo del rider técnico, ese irremplazable documento que puede marcar la diferencia entre un concierto memorable y uno que preferimos olvidar.

¿Qué es un Rider Técnico? Un rider técnico es esencialmente el manual de instrucciones para la realización de tu concierto. Es un documento que detalla todos los recursos materiales mínimos que necesitas en el escenario para la correcta ejecución de tu puesta en escena, desde el tipo específico de micrófonos hasta la cantidad y características de las luces y, por supuesto, los instrumentos del backline. Esta información técnica vital que le entregas al equipo del venue es imprescindible para que preparen tu show exactamente como lo imaginaste.

¿Quién recibe y lee mi rider técnico? 

Debemos tener siempre en mente que quien recibe el rider es quien realiza la contratación, pero este, a su vez, se lo va a compartir al equipo técnico, usualmente en dirección del productor o sonidista del sitio, quienes son los destinatarios reales del documento. Por tanto, este debe ser lo más claro y ágil posible, evitando formalismos y prefiriendo un lenguaje efectivo.

¿Qué cosa NO es un rider técnico?

  • Un cuento de anécdotas: Seamos sinceros, ningún sonidista o escenarista necesitará para su trabajo la historia conmovedora de cómo te conociste con tu guitarrista en séptimo, y luego comenzaron a componer con el vecino. Esa información histórica de la banda, bien contada, podrá tener cabida y valor en el EPK o tal vez incluso en el brochure (documentos que abordaremos en otra ocasiòn).

Sería mucho más útil si en lugar de esto agregas al final algunos enlaces directos a plataformas gratuitas de video, así los técnicos tendrán referencia del sonido de tu banda en asuntos de estilo y estética sonora.

 

  • Una lista de deseos: Los gerentes de los venues, productores ejecutivos de conciertos y directores de festivales son las personas menos parecidas a Santa que te imagines, su labor administrativa exige gastar la menor cantidad posible de recurso en cubrir los mínimos viables de toda la producción, así que, en aras de la optimización financiera, siempre existirá por parte de ellos hacia el productor técnico la pregunta: ¿Realmente necesitamos ese ítem? Especialmente si es un elemento de alto costo o de difícil consecución.

Si tu propuesta musical precisa de una Zanfona del siglo XIV, un didgeridoo y dos mandíbulas de buey alimentado con zanahorias, lo más recomendable es que los compres y tengas en cuenta su transporte a todos lados al momento de cobrar. Asimismo, si tu pedido incluye referencias muy específicas de amplificadores o sets de percusión.

Un caso particular que no puedo evitar mencionar, a modo de consejo, es que tu pedido —bajo ninguna circunstancia— debería contener el amplificador, set de batería, piano o cualquier instrumento soñado, a menos que sea precisamente con el que ensayaste y preparaste tu show y con el que has venido desarrollando tu sonoridad personal en casa o en la sala.

De nada sirve que solicites ese Fender 53 Deluxe Tweed de tus sueños si va a ser la primera vez en interactuar con ese elemento, eso será caldo fijo de tragedia. Es mucho mejor tocar con el mismo amplificador de la sala de ensayos, con el que ya tienes experiencia y práctica, que pedir una referencia que podría traer muchas sorpresas, aunque sea de una gama muy superior.

 

  • Una carta al técnico: No debemos incluir guiones muy detallados, o sugerencias muy específicas del tipo “en el tema tres poner un efecto en la voz cuando levantemos todos las manos, poner el audio que te mandé al WhatsApp y pasar las luces a rojo”. Si la puesta en escena tiene un interés especialmente teatral, como toda buena obra de teatro debería existir un guión técnico con estas particularidades, aplicando igual para todo el tema luminotécnico.

En estos casos particulares es vital que se acuerden ensayos previos con todo el equipo técnico, lo que llevará —por supuesto— a ampliar los costos en negociaciones. Hay pocas cosas más inapropiadas y vistas como falta de profesionalismo que cuando una agrupación, sin vincularte previamente a su idea, te hace responsable de este tipo de elementos del show (peticiones a las que, por cierto, no está contractualmente obligado ningún técnico de venue o empresa de renta).

Para este tipo de casos lo mejor, sin duda, es vincular un técnico (o un equipo técnico) a tu propuesta y que sean parte inseparable de tu propuesta.

 

  • Tampoco es un listado con el nombre de los músicos diciendo qué toca cada uno, hecho en el bloc de notas del cel y enviado como pantallazo. (No tendré que explicar por qué una vez continúes leyendo este articulo)

 

¿Qué elementos espera encontrar el productor técnico en mi rider?

Vamos a partir de la hipótesis en la que tanto tú como el productor conocen el sitio y el sistema de sonido que se usará (tema al que dedicaremos otro artículo más adelante) y que cumple con los requerimientos mínimos de cobertura, presión y calidad de sonido, tanto para el público como para tus necesidades de monitoreo.

Una vez estando de acuerdo con lo anterior, el elemento innegociable del rider técnico es un listado detallado de los instrumentos, amplificadores, procesadores, soportes, bases, micrófonos comunes y especiales que necesitamos para tocar. Se valora además informar los elementos que llevarás por tu cuenta, así estos no sean parte de lo solicitado a la producción.

El tema de qué tan específicos debemos ser es un punto debatible, algunas personas se decantan por la idea de poner marcas y referencias de cada cosa. En mi experiencia particular con festivales (y teniendo en cuenta la practicidad), sugiero que no se incluyan marcas en el rider, sino especificaciones generales de la referencia ideal, que puedan cumplir unas u otras marcas. Por ejemplo: para el hi-hat, micrófono de condensador de diafragma pequeño, cardioide, con corte de bajos de 18 db/octava (para los entusiastas, les dejo la tarea de cuál micro sería más probablemente el que encontraremos).

Es prudente a este punto separar la microfonía de los instrumentos y accesorios. Para ello, muchas personas hacen un listado de backline y adjuntan la microfonía como una columna de la tabla que entendemos como INPUT LIST, que relaciona el número de canal en consola con el instrumento que captura, el micrófono o transductor usado y otras disposiciones, usualmente bajo el criterio del productor o sonidista de la banda. Esta tabla es valiosísima para el sonidista, pero puede ser adaptada según las necesidades y capacidades del venue en lo que te entregaría el productor a vuelta de correo como un Contra-Rider. Ambos términos mencionados en este párrafo merecen que los analicemos luego a profundidad.

Detalles sobre la conexión de los equipos: imagina que tu banda tiene un tecladista que usa dos teclados y uno de ellos solo tiene salida de tipo audífono, mientras que el otro es un controlador cuya señal debe tomarse de una interfaz que solo tiene salida estéreo del tipo RCA (sí, esas blancas y rojas como de cable de TV viejito). Detallar esto en el rider asegura que cuando llegue al escenario, todo esté listo para enchufar y tocar. No sobra decirte un consejo: si requieres de cables especiales, dile a tu técnico de confianza que te fabrique unos e idealmente carga con el dispositivo que convierte tu señal de audio a los voltajes y conectores más estándares (Voltaje line y conectores XLR o plug de ⅛). Te evitará muchos dolores de cabeza.

Otro apartado importante para ilustrar lo anterior, esencial para los escenaristas y luminotécnicos, son los planos técnicos, entre los que encontramos principalmente el Stage Plot (plano de escenario) y el Light Plot (plano de luces).

El stage plot debe representar de manera clara cada elemento en el espacio del escenario, desde una vista aérea e idealmente guardando la proporción de tamaños, o en el mejor de los casos, teniendo una rejilla a escala con las medidas. Como toda buena gráfica, debe tener su respectiva leyenda donde se detalle qué elemento representa cada icono usado en el dibujo. Se puede aprovechar para relacionar el número de cada instrumento representado en el plano con el número de canal del input list. Esto es muy útil para quienes realizan la conexión en escenario. Otro detalle de fina coquetería que puede o no utilizarse es el nombre de cada uno de los integrantes. El stage manager te amará si tu plot tiene los elementos anteriores, y ¡no necesito mencionar qué tan conveniente es tener de tu parte a quienes se encargan de que todo suene!

Stage Plot

 

El light plot, por su parte, relaciona todos los elementos de luminotecnia del mismo modo que el stage plot, usualmente situados en barras, sistemas truss o tramoyas sobre el escenario. Como leyenda, debe contar con el tipo de luces, direcciones y otra información relativa al sistema de control de luminarias.

Existen otros anexos posibles al rider como todos los que comprenden especificaciones sobre necesidades de video y otros efectos especiales.

 

Basado en lo anterior, el productor del evento tiene la oportunidad de revisar sus inventarios, cotizar rentas y tomar decisiones comerciales y de producción sobre la viabilidad de tu presentación. Ser frugal no suele ser considerado muy rock n’ roll de nuestra parte, pero te sorprenderías de cuántas propuestas son descartadas en, por ejemplo, espectáculos de recursos públicos por la imposibilidad de cubrir sus requerimientos.

 

Los riders deben idealmente ser revisados y, de ser necesario, adaptados para cada contratación y venue, teniendo en cuenta las variaciones en la formación de la banda, el tamaño de la sala, y otras muchas circunstancias. Un rider desactualizado, por más detallado que sea, es un rider que puede jugarnos en contra. Y no, no basta con decir “este es el rider que me hizo el inge Pedrito pa’ Altavoz”, que resulta ocupando 36 canales, cuando vas para un bar de formato reducido.

No olvides, por supuesto, incluir en tu rider el contacto técnico de tu agrupación, tanto el correo electrónico como un número de teléfono, bien sea que uno de los integrantes se encargue del tema o tengan un técnico dedicado para estas labores. Siempre habrá algún asunto que aclarar, ampliar o conversar sobre estos importantes documentos. Además, siempre incluye como título el nombre legible de la agrupación. El logotipo o imagotipo de la banda puede ir, pero el NOMBRE, en mayúscula, fuente sans y negrita será un éxito cuando lo impriman para las condiciones de poca luz del escenario. También es importante el dato de la fecha de actualización del rider.

 

Cuando adjuntas tu rider técnico, estás asegurando que todos los detalles técnicos se acuerden desde el principio. Esto evita malentendidos y te ahorra emergencias el día del evento. Además, muestra profesionalismo y seriedad, algo que (de nuevo) los operadores y técnicos valoran mucho.

Del hospitality rider y otros anexos hablaremos en próximos artículos.

Para concluir, tu rider técnico no es solo una lista de equipos; es una comunicación vital entre tú y el lugar y equipo donde actuarás. Asegura que tu visión artística se pueda realizar técnicamente y que tu audiencia disfrute de la mejor experiencia posible.

 

Ahora dime, ¿tu banda ya tiene su rider técnico listo para el próximo concierto?

 

Nos complace presentar esta nueva sección de contenidos en colaboración con Christian Palacio Producciones. Publicaremos periódicamente artículos sobre la producción de eventos, incluyendo aspectos técnicos de música, sonido, iluminación y manejo de escenarios. Te invitamos a compartir estos artículos y a dejarnos tus comentarios, aportes y opiniones.

#DomadorDeOndas 

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